NOTA:

NOTA: Las imágenes usadas no son de mi propiedad. Provienen de www.deviantart.com o de artistas externos.

lunes, 16 de septiembre de 2013

La Ninfa y el Sol (I)




Una Ninfa del Viento que busca siempre al Sol; 
cada mañana, 
cada tarde, 
cada hora mágica y dorada, 
cada atardecer. 

En la noche, éste sólo la visita a ella; 
la lleva volando a través del universo sobre su cálido pecho...




domingo, 11 de agosto de 2013

Mujer sin cuerpo
(Deborah: reflexiones de una mujer transexual)




¿Qué ves en mis ojos, Luna mía? Hace tiempo que no me siento a charlar bajo tu luz. Sólo tú sabes lo que estas ásperas paredes significan para mi alma y el distante refugio que es el horizonte para mi corazón. Aún así, comienzo a creer que nunca podré encontrar la libertad. 
Camino con las alas rotas pendiendo de mi espalda, mientras la vida se dedica a devorar la esencia de mi sonrisa, ahora estática, perpetua y maldita. A veces me pregunto si tú también me juzgas por la apariencia de mi cárcel. Habito en una máscara infinita que erosiona poco a poco mi espíritu. Hace años que intento florecer de entre el concreto, sólo para darme cuenta que he estado sumergiéndome aún más en la tierra. Dime, Reina Astro, ¿tú también sentencias mi origen? Yo, que te alabo con polvos de colores, telas brillantes y desmesuradas alabanzas, ¿también estoy sujeta a tu juicio? Cada noche, algunas de nosotras nos transformamos en tus hijas. Cada noche abandonamos nuestra naturaleza vil para adornarnos con la elegancia y la sutileza. Sin embargo, al amanecer, muchas abandonan el porte. Yo sigo viviendo, eternamente, bajo tus efectos. Sé que nunca me tomarás como tuya; ni siquiera si, persistente, no dejo de nadar en tus aguas.
Hablo contigo con la existencia ya carente de sueños. La poca vida que obtengo de la danza, del escenario, hoy dejan de ser suficientes para llenar el vacío de mi ser. Te miro majestuosa y maternal a través del espejo. En cambio, mi reflejo es opaco y mi rostro marchito. El maquillaje siempre se derrite; deja a la vista mis duras facciones y da paso, de nuevo, a mi perpetuo disfraz.
Contéstame ahora, ¿realmente pertenecen a ti las que nacen bajo tu protección? Si requieres del sol para obtener tu luz, ¿no seremos nosotras, mujeres sin cuerpo, tus verdaderos frutos? 

El espejo
(Deborah: reflexiones de una mujer transexual)


     ‎"Hemos jugado, innumerables veces, a encontrarnos de pronto en el espejo. Hubiéramos pasado a formar parte de una realidad ajena a nuestra vida si en verdad allí nos hubiéramos encontrado".
- Farabeuf o la crónica de un instante, Salvador Elizondo.

¿Cuántos de nosotros no hemos permanecido horas frente a un espejo? El ritual de cada mañana, por lo general, termina con eso: la creación del espejismo perfecto. Quien llama superficial al ritual de adornar la cara, el cuerpo y la cabeza de uno mismo desconoce por completo la intimidad, la belleza y la protección de estos actos. Hay quienes subsistimos gracias al maravilloso arte de la transformación que ocurre al materializar la imagen mental que deseamos tener de nosotros mismos.
Cada día empieza para mi del mismo modo. Me levanto lentamente, miro los restos de la noche anterior rodeando mi cama: las medias de red colgando de ésta, los zapatos de tacón a su lado, y el cenicero con los restos del último cigarrillo. Abro la ventana para distinguir en los colores de la mañana alguna pista de mi humor actual, camino hacia mi tocador, y me miro en el espejo mientras mis pensamientos flotan en torno mío. ¿Cuántas veces habré indagado las imposibles respuestas a preguntas existenciales en mi imagen al despertar; con el bosque brotando en mi rostro, el abismo bajo mi cuello, el endurecimiento de mis rasgos gracias al juego de la iluminación que causan los primeros rayos del sol? Me miraba sin hablar, sin moverme, a veces sumergiéndome en el constante y secreto discurso del ámbar de mis ojos. Otras veces me quedaba absorta en las figuras que el humo del primer cigarrillo formaban en torno mío, danzando con la luz y el aire. Buscaba con inquietud en las profundidades de mi mente, en la percepción del mundo, en mi imagen de aquel espejo; pero siempre me quedaba con un hueco en el estómago y un vacío aún más grande en el alma.
Entonces debía despertar de esa meditación aterradora. Impedía que el bosque naciera en mi rostro y hacía que lo que sentía de mi misma floreciera como un capullo cuya vida es siempre efímera. Le daba color a las sombras, suavizaba mis formas y despertaba con intensidad la luna en mi mirada. Cuando el proceso había terminado, ya se podía decir que yo por fin había despertado.
¿Qué pensará alguien con una vida distinta a la mía, que al verse cada mañana en el espejo cree ver un reflejo de sí mismo? ¿Sabrá, como yo me he dado cuenta, de que la luz es la pintura que deforma al mundo, o que el cuerpo es sólo una cáscara que cubre al espíritu? Sí, una cáscara, hace tiempo que me di cuenta de ello. En este instante viene a mi la imagen de mi misma aquella noche, con la apariencia casi tan insípida como mi espíritu al portar esas vestimentas funerarias. Yo estaba ahí por compromiso, en apariencia, cuando en realidad asistía por orgullo y remordimiento. Ver muerto al fin a quien te hizo sufrir tanto tiempo, a quien te reprimió y te hizo sentir insignificante parece ser algo que te pondrá en libertad, que te hará sentir imponente al verte vivo, de pie, con futuro, y por primera vez en una posición más alta que esa persona... pero no fue así. Cuando vi a mi padre perfectamente bien acomodado en ese ataúd lujoso todo mi odio se esfumó. La represión se sintió aún más presente al no obtener el sentimiento que esperaba. Yo no lo vi en ese cuerpo, sólo vi aquella cubierta que encerraba al hombre que temí y odié tantos años. Él había desaparecido, pero tuve la sensación de que seguía ahí, en mi, atormentándome aún, y que nunca se iría porque no había en ese cadáver prueba alguna de que él había abandonado este mundo, de que ya no existía más. Fue difícil aceptar, aún así, que el ser que me hizo pensar tantas veces que yo estaba equivocada, en su lecho de muerte me hizo entender que yo tal vez estaba en lo correcto. Pensé en la posibilidad de que no somos lo que creemos que somos, que no somos lo mismo que la casa en la que habitamos, que nuestra esencia no es algo tangible, que todo es un espejismo. Entonces caí en cuenta de la ilusión en la que vivimos, y nuevas olas de esperanza, pero también incertidumbre, recorrieron mi alma.
¿El mundo es capaz de notarlo? No trato de decir que mi experiencia es una verdad absoluta, sólo me pregunto si alguien más es capaz de hacerlo. Me pregunto si todos, aunque sea en un momento de inconciencia, son capaces de verlo. Tal vez todo este pensamiento sea fruto del ambiente en el que deambulo; lleno de máscaras, de ilusiones, de placeres y agonías. Tal vez es el hecho de que hace años que yo misma dejé de verme en el espejo. Quizás sólo pretendo justificar mi existencia. Aún así, dentro de mi realidad y mis vivencias soy capaz de presentir que la apariencia de algo rara vez refleja su contenido. Si así fuera, ¿por qué aún no puedo ver las alas que mi espíritu se ha formado?

martes, 28 de agosto de 2012

Honra




El elefante, ¡todo es culpa de ese ridículo elefante! Le dije a mi marido que se deshiciera de él, pero no me hizo caso. ¿Quién en su sano juicio le regala un peluche con tutú rosa a un niño? Desde entonces, no puedo apartar la vista de mi pequeño Francis en ningún momento. Menos ahora, que estamos en misa. ¿Y si el padrecito lo nota? ¡Madre purísima, yo no podría ni salir a la calle! Mi único hijo, un desperdicio, ¡ni pensarlo!

El olor del incienso me aturde. Me despisto un momento con eso y, ¡santísima virgen, cruzó la pierna! Suficiente, mañana mismo lo inscribo en la academia militar.





lunes, 28 de mayo de 2012

"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos".


DE AQUEL MENSAJE ESCRITO HACE TIEMPO:

"¿Cómo quieres que no te extrañe sentada en la fría playa
con el aroma de tus recuerdos transformados en flores?
Si no te conozco, las olas traen a mi un universo en forma de espuma de mar.
Pues sí, eres tan solo un ideal que deseo encontrar"

QUE DE PRONTO SE DESENVUELVE PROFÉTICAMENTE:




Lost III by =Oer-Wout


PRIMER ESCENARIO

Parece como si hubiera estado sentada en esa fría playa tan sólo un instante. Sin embargo, el cielo, que entretejía lentamente sus tonos sobre mi cabeza, me mostraba lo contrario. Una lejana calidez envolvía mis pensamientos. Sentía el aroma de tus recuerdos, ahora transformados en flores, fundidos en la brisa que constantemente acariciaba mi cabello. Había silencio. Apenas podía escuchar el sonido de las olas que dibujaban con espuma de mar tu universo frente a mis pies descalzos...

Me queda claro que ahí estuviste tú todo ese tiempo. Yo siempre permanecí inmóvil, con los ojos cerrados. Lo único que percibía era ese húmedo olor a sal, el cuál trataba de advertirme de la existencia de algo majestuoso. Ahora sé que tú, siempre presente, jugabas con mi cabello sin saberlo. Ahora entiendo que lo que yo hacía era tocar tu alma entre sueños, sin notarlo.


domingo, 15 de abril de 2012

Deseo del alma


Mira a la niña pequeña,
mírala hoy caminar.
Ella me trajo la luna,
yo le pinté un rosal.

Ella quiere vivir todo,
mira todo con afán.
Poco logró imaginarse,
vida que tú le darás.

Mil margaritas plantaba,
tanto en el bien y en maldad.
Niña de dulces sonrisas,
de ojos que ven más allá.

En nubes forma ilusiones,
sus luces bailan un vals.
Ella respira los astros,
en sueño vive la paz.


viernes, 6 de abril de 2012

Puedo sentirlo


Mi luz dorada, yo puedo sentirlo
en tus ojos de agua de transparentes
valores; mil sentidos afluentes
desfilan en ti, no basta decirlo.

Pues como un niño te veo vivirlo;
te siento brotar en risas nacientes,
de esas que con expresar ya sientes
más ligereza en el viento al asirlo.

No me cuesta pensar en horizontes,
en cielos de llama clara y serena,
en las sonrisas plantando sus montes.

Porque yo sé, luz de esperanza plena,
que lo que sea que el sueño confronte
hoy con armonía mi vida llena.