NOTA:

NOTA: Las imágenes usadas no son de mi propiedad. Provienen de www.deviantart.com o de artistas externos.

lunes, 19 de marzo de 2012

Un instante



No War by ~RuslanKadiev


(A mi abuelo paterno, del que yo fui una pequeña dicha antes de la muerte y quien fue para mi una fortaleza aún antes de la vida).




Tan sólo un instante era necesario para conciliar el sueño. Después de una vida en la que estuvo en una constante batalla, el paso de los años podía distinguirse claramente en su frágil cuerpo. Un instante, sí; aún lo recuerdo. Un segundo era todo lo que él necesitaba para encontrar la puerta del mundo de los sueños.

En ese entonces yo no lo sabía. Me asomaba desde esa cuna con los ojos muy abiertos. -Mi abuelito no tarda en dormirse- pensaba. No lo entendía. Apenas me dejaba en mi sitio y reposaba su cansado cuerpo en esa cama cuando los sonoros ronquidos ya inundaban la habitación.

-Mi abuelito ronca...

Y sí; el por fin cerraba los ojos, los cerraba en una realidad ajena a él donde los estruendos de la Guerra Civil Española no le obligaban a permanecer despierto. Ahora me pregunto si, a pesar de eso, seguían atormentándolo en sueños. Aún así, de algo sí estoy segura; un instante fue todo lo que yo necesité para que permaneciera con fuerza en mi memoria.


domingo, 11 de marzo de 2012

Defender la esperanza





Es mejor soñar y soñar porque vale la pena, aunque en este mundo muchos deseen hacerlo como si escribieran el final de su historia y no como si la vivieran.

No es malo soñar, incluso si la decepción aguarda. Sé un velero que se lanza contra el mar con velas aguardando el viento. Si regresas destrozado crea un faro con la madera; si la tormenta te destroza crea un muelle; si los años te rompen, se la silla solitaria hasta que venga la muerte... pero jamás olvides cada cosa que fuiste. No niegues tus ilusiones pasadas, no niegues tu felicidad acabada. Agradece la fortuna de sentir que la vida pasa.

Y si tus sueños se cumplen, si la vida es grata, amarás haber soñado en vez de haberlo negado. Es de corazón valiente quien cree en una ilusión que puede acabarse, que quien la niega. Sólo debemos aprender a hacerlo a la par de nuestros propios pasos.


miércoles, 7 de marzo de 2012

Algún día...






Algún día viajaré para llegar a ti. Cuando lo haga llevaré conmigo tres cosas esenciales: un ramo de claveles color verde, un lápiz labial rojo y mi corazón. Cuando vea tu tumba no podré evitar sonreír; tal vez una lágrima fugitiva se resbale por mi mejilla. Me sentaré a tu lado, te daré las flores, miraré las estrellas y en esa fría piedra dejaré un beso como muchos lo han hecho ya (y si no puedo, se lo enviaré a la estrella más brillante). Cerraré los ojos y buscaré tus palabras en el viento o en el canto de algún ruiseñor a la luna. Dejaré que me guíes como lo haz hecho hasta ahora. Te agradeceré en silencio y le dejaré a quien está contigo una rosa roja por la tormentosa constancia del amar...


domingo, 4 de marzo de 2012

Era aquí (idea)



Cosmic Love by ~StumbleineMT


Fue en ese entonces cuando aprendimos a leer el sol y a acariciar silencios al recolectar los sueños que brotaban como estrellas en nuestros corazones. Éramos dos almas que pintaban la realidad en el aire; salpicábamos nuestras vidas con múltiples colores sacados de nuestras casualidades que eran, a la vez, tan poco casuales. Hasta entonces habíamos construido nuestras propias veredas para llegar a este rincón del universo, como si todo lo nuestro fuera un plan que necesitaba detonarse con el simple aleteo de un petirrojo.

En esa época planeábamos dibujar los retoños más bellos aún en la incertidumbre. Decidimos plantarlos en el fluir de nuestras almas. Alimentábamos esa vida soñando.





sábado, 3 de marzo de 2012

Algo...



Ahí, entre la multitud, estaba su rostro radiante entre todos. Yo sólo sabía que si el sol brillaba era porque esa era su naturaleza; pero si él brillaba era porque algo había alimentado su espíritu. Brillaba no porque siempre lo hiciera, sino porque se había esforzado para lograrlo.


Y ahí estaba yo, al otro lado de las aguas nocturnas, esas a las que la ráfaga de estrellas les da movimiento.

Ahí estaba yo, parada frente al abismo, mezclando rosas rojas y margaritas para luego lanzarlas al océano.

Ahí estaba yo, intercambiando sonrisas por sueños. Pero él seguía brillando y mis pies seguían danzando. El aro lunar marcaba el infinito ciclo.

Y allá estaba él...