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martes, 15 de noviembre de 2011

De nubes y dragones





"Disfruta cada momento; porque estoy segura de que si dos universos como esos se juntan cabe la posibilidad de un infinito".


Recuerdo cuando juntos construíamos castillos de nubes en aquella calle olvidada por el mundo. A veces creo que, si la gente pasaba por ahí, ni siquiera nos veía. Éramos invisibles para el mundo pero el mundo jamás fue invisible para nosotros. Pienso que, incluso, veíamos mejor que los demás.

Siempre esperábamos a que las nubes fueran rosadas. ¡Qué hermosas son las nubes del ocaso! Sólo así podíamos edificar construcciones enormes y majestuosas. Ahí descargábamos nuestros sueños y compartíamos, entre silencios y mil palabras, nuestras almas. Éramos felices.

Pronto descubrimos que junto a nosotros siempre había alguien más y fue en ese instante cuando nuestras sombras tomaron la forma de dragones. Los perseguimos muchas veces queriendo atraparlos hasta que él los convenció de que estarían bien con nosotros. Lo que pasa es que muchas personas matan a sus dragones. Nosotros nos hicimos sus amigos.

Pasó el tiempo y las risas se quedaron flotando en el aire como burbujas de fino cristal de colores. No volví a verlo en mucho tiempo. A veces lo esperaba en aquel café árabe, pero nuestros caminos no se topaban. No estábamos listos. El viejo aroma a miel se había convertido en olor a carne condimentada, lo cual fue extraño. En ese momento, sin preguntar, supe que no era bueno volver a ese lugar.

El destino vestido como un buen dandy nos reunió una vez más. No lo sé... casi había olvidado a los dragones. Algo me dice que tal vez volvamos a construir castillos de nubes; y quien sabe, tal vez hasta más...

Jamás he estado segura de la eternidad del universo. Aún así, creo que si dos universos como nosotros se juntan cabe la posibilidad de un infinito...



viernes, 11 de noviembre de 2011

Digresión






Puede que suene absurdo, pero esta mañana el sabor de la leche era diferente.

Puede que suene ridículo, pero por más seria que yo estuviese en el espejo, mi reflejo sonreía más y más.

Puede que suene estúpido, pero camino a la universidad el gato del vecino ahora era un Huskey Siberiano.

"El señor Desmond está jugando de nuevo" pensé, pues lo que había a mi alrededor era "curioso", "misterioso", "chistoso", "agradable" y "extraño". Pero yo sólo sabía una cosa; "tal vez las cosas no pudieron haber sido de otra forma". Muy al "destino griego", él lo sabe.

¡Demonios! No recuerdo la frase. Era algo así como "el azar no es suficientemente inteligente para actuar por si mismo"; o, al menos, esa es la idea principal. Tenía que ver con recortar palabras del periódico y lanzarlas; es aleatorio, pero necesita algo que lo mueva. Amé esa idea.

¿Desde cuando esas ridículas botas verdes fueron sustituidas por un buen traje estilo "dandy"? No lo sé, pero le agradezco a mi abuela por haber ayudado con el Mesón, a mi tío por seguir ahí y abrir la sucursal en Zacatecas, a mi padre por hacer que yo amara leer y llevarme a la librería, a mi maestro de literatura por hacerme leer El ruiseñor y la rosa, a ese rincón de la librería, al libro de cuentos de Wilde, al ocio en las vacaciones, a Lord Henry, a la universidad, a Milton (aunque aún no lo sepa), a esa edición, a mi profesor de teatro por mostrarme los detalles de la vida, a la nota en el libro que decía "Leer"...

Mr. Tiny tiene bastón y sombrero.

Él sabe que el sol es diferente en distintas partes del planeta. Los objetos nos miran, en especial ese antiguo radio al que... molestamos. La pared se despedaza, jamás me había tomado un cappuccino tan lentamente.

Las calles; silencio.

La casa de la anciana y el retrato que en realidad era una puerta. Los mil lugares que debemos visitar y el "mirón" que nos robó el lugar...

DESTROZAR EL "USTED".

La melodía repetitiva que no recitaré por ahora. No importa.

Aquella vez dejé mis máscaras en casa y llevé conmigo la luz en los ojos del mundo. Y sí; aún todo fluye como el agua.

Despedidas temporales... ("adiós por ahora").

Nuestro acto en esta obra de teatro (de lo que quería hablar).

Y, ¿a quién se le ocurrió la "fantástica" idea de las mariposas en el estómago? Tengo una pequeña chimenea ahí adentro y el humo se acumula en mi pecho.

No pienso en un "para siempre". ¡Ja! ¡Ni siquiera pienso (mucho) en un futuro! En el presente soy feliz. Gracias. No me iré sin despedirme.



"LAS ESTRELLAS DEVORAN LA MÚSICA DE MIS SUEÑOS".